El verdadero amor o sabiduría ve con perfecta claridad las deficiencias inherentes a
toda forma, y dirige sus esfuerzos a prestar ayuda a la vida que en ella mora, para liberarla
de sus trabas. Sabe a quienes debe ayudar y quienes no necesitan ayuda. Oye con claridad,
percibe el pensamiento del corazón y trata de fusionar en uno a todos los que actúan en el
campo mundial. Esto no se obtiene obrando ciegamente, sino por el discernimiento y la
sabiduría, separando las vibraciones antagónicas y ubicándolas en distinta posición. Se ha
hecho demasiado hincapié en lo que se llama amor (interpretado por el hombre de acuerdo
a su actual grado de evolución) y no en la sabiduría, que es amor expresándose en servicio ese
servicio que reconoce la ley oculta, el significado del tiempo y la etapa de evolución
alcanzada.
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